viernes, 27 de julio de 2007

Culatas

Ya hemos comentado que en esta moto el estado de las culatas y las válvulas era bastante penoso. Carbonilla, óxido,... un drama que provoca que haya fugas entre las válvulas y sus asientos (fácilmente comprobable hechando algo de alcohol por los conductos de admisión y escape. Si pasa a la cámara de combustión... malo).




Es evidente que la mejor solución sería llevar las culatas enteras a cambiar las guías, y montar nuevas válvulas y asientos, todo adaptado a la gasolina sin plomo. Pero como estamos algo rancios, el objetivo inmediato es volver a la LeMans a la vida, dejando operaciones más "puristas" para más adelante.

Así pues, nos vamos a centrar en devolver en lo posible la estanqueidad a las válvulas, mediante el esmerilado de las mismas, una operación bastante sencilla.



Una vez desmontadas las válvulas y sus muelles, dejaremos las culatas bien limpias y libres de carbonilla (aquí la proyección con corindón primero y con microesferas de vidrio después nos hechó una buena mano). Habrá que tener la precaución de cerrar bien los conductos de paso de aceite a los balancines, para que no se nos llenen de porqueía y se nos obturen.



Una vez bien limpias, detectamos que la corrosión hizo que hasta las toberas de escape hayan perdido material. Dramático. Para una posterior operación, juntamente con el cambio a válvulas adaptadas a gasolina sin plomo, dejaremos el posible rellenado de material.



No se escaparán de una buena cura las válvulas. Como no uqremos estropear los vástagos, montamos la válvula (protegida por un cartón) en un taladro, y con un abrasivo fino, las iremos rascando, hasta al final pulirlas. Cuidado de no rascar la zona de asiento de la válvula. Eso lo dejaremos para una operación posterior.





Una vez las válvulas y las culatas en condiciones mínimas de limpieza, y libres de carbonilla, pasaremos a esmerilarlas en sus asientos.

Usaremos un producto específico para ello, primero en su versión gruesa y luego en su versión más fina. El primero no es más que un abrasivo disperso en una solución a base de agua.



Así pues colocamos producto en el perímetro de la zona de asiento de la válvula...



... montamos ésta en su guía y la vamos girando sobre su eje, apretando contra el asiento de la propia válvula. el abrasivo actuará e igualará ambas superficies eliminando carbonillas y óxidos (existen unas ventosas especiasles para imprimir ese movimiento de rotación , pero la mecánica pedrestre también sirve).



Debemos tener mucho cuidado en que no se introduzca abrasivo entre el vástago de la válvula y su guía, por motivos obvios.

Aplicamos el cuento a ambas válvulas y nos quedará un resultado final parecido a éste.



Ahora repetiremos el proceso con una pasta más fina, de pulido de las superfícies,...



... y tras una buena limpieza de los restos de material que nos hayan quedado, podremos proceder al montaje de las válvulas.

Con la válvula introducida en su guía, insertamos las arandelas espaciadoras de los muelles (con un espesor total tal que la mediad del muelle montado sea la especificada en el manual de taller).



En este caso, estas guías de válvula llevan retenes (no siempre es así). Los montamos.




Colocamos el casquillo inferior de retención de los muelles.




Colocamos el muelle interior...




... y el exterior.




Montamos el casquillo de retención superior...



... y con un útil apropiado comprimimos el conjunto de los muelles...




... para poder colocar las duellas de retención de los mismos.




Listo.

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