jueves, 6 de septiembre de 2007

Luciano nos deja

No tiene nada que ver con la temática de este blog, pero no puedo dejar de rendir un sentido homenaje a un grande, quizá el más grande por su dimensión no sólo lírica, sinó humana.

Hoy nos ha dejado Luciano Pavarotti.

No lo podíamos escuchar desde 2004, cuando se retiró interpretando, cómo no, un rol característico de tenor lírico-spinto, el pintor Mario Cavaradossi de Tosca (Puccini), en una función en la que se durmió en escena de forma que empezó a cantar antes de tiempo el aria "E lucevan le stelle".

Criticado hasta la saciedad por hacer lo que nadie en su mundo se ha molestado en hacer, acercar la lírica al gran público, nadie puede negar su calidad, ni su característica voz, identificable hasta por los no iniciados.

Durante unos pocos días es previsible que se digan muchas cosas sobre él (y digo sólo días, que no era futbolista y no ocupará muchos informativos), y seguro que os pondrán hasta la saciedad el "Nessum dorma" de Turandot, con o sin Carreras y Domingo. Incluso es posible que pongan el famoso fragmento de los 9 Do de pecho cantados sin falsete de La fille du Regiment.

Pero para intentar evitar la saturación, propongo este homenaje, el aria "Come un bel di di maggio" de la ópera verista Andrea Chénier (Umberto Giordano). Define perfectamente la capacidad y características de este gran tenor.

En ella interpreta el papel de un poeta, que es condenado a la guillotina en plena época del terror en la revolución francesa, justo en la noche anterior a su ajusticiamiento, y en este aria lee un poema donde expresa toda su desesperanza.




Os la traduzco:

Como un hermoso día de mayo
que con un beso del viento
y la caricia del rayo
se apaga en el firmamento,
con el beso de un verso
y la caricia de la poesía,
subo a la última cima
de mi existencia.
La esfera que camina
por cada suerte humana
me acerca ya
a la hora de la muerte,
y tal vez antes que mi última
estrofa se acabe,
me anunciará el verdugo
el fin de la vida
¡Sea! ¡Estrofa, última diosa!
Da aún a tu poeta
la fulgurante idea,
la llama acostumbrada;
yo a ti, mientras
vivaz me brotas del corazón,
daré por rima el helado suspiro
de un hombre que muere.


Personas así no deberían desaparecer nunca.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Aquí Javitxu,
Caramba, con la emoción del montaje del chasis, no me había fijado en tu pequeño homenaje al amigo Pavarotti, que en paz descanse.
Sirva este pequeño comentario para sumarme a su recuerdo.
De parte de un aficionado a la opera "del todo a cien"....